Sin duda, las joyas son verdaderas obras de arte, no sólo el resultado en si que por lo general son piezas artísticas que lucimos en algunas partes de nuestro cuerpo como cuello, muñeca o dedos. Sino que el proceso de creación también es un arte milenario artesanal donde el joyero utiliza sus habilidades, conocimientos y destrezas para lograr joyas únicas. Por ello, hoy vamos a descubrir el trabajo de dos artistas joyeros reconocidos internacionalmente por sus obras contemporáneas.
Vivianna Torun Bülow-Hübe: diseñadora de joyas sueca conocida por todo el mundo por sus piezas de plata y piedras naturales. Nacida dentro de un seno familiar de artistas, rodeada de una madre escultora, un abuelo pintor o un padre diseñador de uno de los parques más famosos del país; con tan sólo 18 años comenzó a estudiar en la escuela de artes y oficios de Estocolmo. Después de tres años, con sólo 21 años realizo su primera exposición de joyas, siendo un total éxito ya que sus piezas fueron adquiridas por la firma sueca Svenskt Tenn.
Años más tarde se traslado a Francia donde abrió un taller en Provenza donde artistas importantes compraron algunas de sus piezas como Brigitte Bardot, Charlie Chaplin y su esposa Oona O’Neill o Ingrid Bergman.
La artista se convirtió en la primera mujer platera sueca con obras relevantes que han marcado la historia de la joyería moderna como el collar Mobius diseñado en 1959 basado en una gota de cristal de plomo que cuelga sobre el hombro, el reloj Vivianna en 1962 en acero inoxidable y de estilo brazalete que más tarde se convertiría en el primer reloj de pulsera producido por la compañía de plata danesa de renombre mundial Georg Jensen. O la pulsera Mobius y los aretes Dew Drop.
Sus diseños contemporáneos se inspiran en formas de la naturaleza como flores, hojas, remolinos o el flujo del agua. Su estilo moderno, sobrio y minimalista en materiales sólidos como el metal que los convierte en formas aparentemente flexibles; además usa cuarzo, granito o piedra lunar.
Bruno Martinazzi: fue un joyero italiano que se inspiraba en las formas escultóricas del cuerpo humano. Nació en Turín en 1923 y falleció con 95 años en 2018 dejando un legado importante a las nuevas generaciones de joyeros con su concepto artístico que une el clasicismo y la modernidad.
Sus obras son reconocidas a nivel mundial y gracias al artista, a partir del 1960 la joyería contemporánea se acogió dentro de la categoría de las artes, se comenzó a exponer en museos y el diseño de joyería tomó la dirección artística. Además aporto sus enseñanzas hasta la década de los 80 en diversas instituciones como la Academia Albertina de Bellas Artes de Turín.
Sus obras tanto en joyería como escultura representan un pensamiento estético y artístico italiano y mediterráneo, especialmente dentro del clasicismo que busca la belleza eterna, la sabiduría y la verdad. Una de sus principales inspiraciones son los fragmentos del cuerpo humano con el que experimenta el cambio de escala ( siendo una de las características constantes de su trabajo) como una de sus obras donde experimenta con distintas posibilidades del tamaño de unos dedos, cuando el tamaño de la pieza es monumental se convierte en una escultura contemplativa; en cambio si es una pieza mínima se transforma en una joya que se contempla sobre el cuerpo humano.
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