Hoy descubrimos la gran historia de una de las joyerías más importantes y más sofisticadas del mundo: Cartier que comenzaría con un humilde taller allá por 1847 para luego ser un referente importante en relojería y joyeria.
Todo comenzó en Paris en 1847 cuando Louis François Cartier se hizo cargo del taller situado en la Rue Montorgueil; sustituyendo a su maestro joyero Picard; dando lugar a lo que hoy conocemos como Cartier.
Años más tarde, los hijos de Cartier; Louis, Pierre y Jacques comenzaron a administrar la empresa dando como resultado prosperidad y expansión a nivel mundial. Además el taller se traslado a una de las calles más lujosas y exclusivas de Paris: la Rue de la Paix.
Ya en 1900, Cartier tenia sucursales en Londres, Nueva York y San Petersburgo; además de convertirse en una de las empresas con mayor éxito del mundo a la que comenzaron a acudir incluso clientes de la realeza, de ahí el apodo: “un joyero de reyes, el rey de los joyeros”.
Cartier destaco por la innovación y el diseño; sin perder la esencia clásica de la época fue capaz de crear diseños muy creativos que se convirtieron en referentes del siglo 19 y principios del 20.
Entre ellos, destaca el primer reloj de pulsera para hombres llamado Santos; que diseño para un amigo aviador brasileño Alberto Santos que buscaba un reloj de bolsillo practico para el vuelo y que resulto un total éxito entre la clientela masculina; además de crear los primeros relojes de pulsera. A día de hoy el reloj Santos de forma geométrica y con tornillos es uno de los grandes iconos de la marca.
Luego apareció el Mistery Clock o el reloj misterioso con esfera transparente y con un mecanismo escondido que su funcionamiento era un misterio. En 1912 se introdujeron los modelos Baignore y Tortue que a día de hoy siguen vigentes al igual que el reloj Cartier Tank diseñado por Louis Cartier inspirándose en el tanque Renauld. También destacaron los diseños inspirados en el Art Deco como las joyas coloridas Tutti frutti.
No podemos olvidarnos del símbolo e icono que define la identidad de la marca desde principio del 1900: la Pantera. Sus orígenes se remontan a cuando el pintor George Barbier creo la ilustración “Dama con pantera” al estilo Art Deco de la época para una invitación a una exposición de perlas y joyas para la casa Cartier. En ella aparecía una mujer sosteniendo un largo collar de perlas y a sus pies una pantera. Louis Cartier quedo impresionado con esa pintura y decidió convertir el icono de una pantera como emblema de la marca; así a principios del siglo 20, el felino se usaba de forma habitual para representar la feminidad, la seducción, el triunfo y el poder.
Además aparecio el primer reloj de pulsera femenino con diamantes y ónix que simulan el pelaje de una pantera convirtiéndose en un sello de identidad de la marca. Y a la vez, aparece en escena Jeanne Toussaint, una de las mujeres más influyentes en Paris de la época, que se convierte en 1933 en directora creativa de Cartier además de elevar al máximo el icono de la pantera.
Jeanne Toussaint a la que apodaron como la Pantera tras la muerte en el 1940 de Louis Cartier siguió creando con éxito productos exclusivos desde encendedores, perfumes o gafas.
Sin duda, Cartier se ha convertido en una de las marcas de joyería más relevantes de la historia de la moda que todavía tiene mucho que ofrecernos.
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